lunes, 27 de febrero de 2017

Recomendación #12: Los puentes de Madison County



¡Mi primera recomendación luego de más de dos años!

Espero que les guste, y si ya la conocen ojalá se animen a dejar la opinión que tienen de esta historia, del libro o de la película como tal. 

Hablando de forma personal, si hay una película que me gusta mucho, tanto por la historia como por los actores, son los puentes de Madison County, y hace poco en uno de mis viajes a viña del mar me encontré con la feria del libro que se realiza en avenida Libertad, y mientras compraba un libro a mi primo pequeño lo vi: Un libro con tapa dura, blanco, a primera vista maravilloso porque evocaba aquellos libros antiguos de esas bibliotecas que uno sólo ve en películas, y la dicha fue completa cuando veo el título. Un libro que deseaba tener desde hace años, y que nunca había encontrado en físico porque ya está descontinuado. 

Es una historia a la que le he tenido cariño desde siempre, y anoche, al estar viendo el homenaje que le hicieron en la premiación de los Oscar a Meryl Streep con las escenas más emocionantes de la película me motivé a traer un breve reseña de la misma. Obviamente realizada con más subjetividad que objetividad, pero de todas maneras quiero que la disfruten.

Vayamos a los datos técnicos. 













Decir que el libro duró en mis manos dos días es decir mucho. Apenas llegué a mi casa me preparé para leerlo en total tranquilidad, como corresponde al ambiente de la película, acostada en mi sillón, con un té, una manta y el fuego de mi estufa leña.

No es una historia desconocida para mí, puesto que crecí con ella, escuchando las maravillosas frases que se dicen los personajes, deleitándome con los paisajes y disfrutando la música de esta historia maravillosa. Lo único que deseaba era saber si el libro me produciría aquellos sentimientos de dicha que me ha producido la película cada vez que la veo. Se que muchos dirán que primero hay que leer el libro y luego ver la película, pero simplemente hay historias que se disfrutan de igual manera o incluso más, y este es el caso de esta historia. La película es sublime, y el libro más que superarle, es una base exquisita, que tiene mucho potencial y fue justamente aquello lo que ocurrió en su versión televisiva. 

Aquellos que han visto la película y no han leído el libro, o han leído el libro, pero no han visto la película recomiendo totalmente ir con una mirada diferente hacia ambos. No comparar libro con la película, sino verlos como que ambos se complementan, puesto que en ambas versiones se cuenta la misma historia, pero con aparición de hechos y anécdotas totalmente diferentes. Hay sucesos del libro muy breves que en la película se potencian de manera increíble, escenas maravillosas que fueron explotadas, y por el contrario, cuestiones que uno se pregunta cuando ve la película que nunca fueron contadas y que en el libro aparecen, como ocurre con la vida de nuestro querido Robert Kincaid.

¿Qué puedo decir de esta historia sin revelar mucho del argumento y arruinar la magia, más de lo que se nos adelanta en el resumen de la tapa posterior del libro?

Los puentes de Madison County es un libro del autor Robert James Waller - de quien desgraciadamente no he leído nada más, pero que me aplicaré en algún momento-  y según su propia voz, está basada en la historia real de una ama de casa originaria de Italia llamada Francesca, casada con un soldado estadounidense de nombre Richard Johnson, quienes viven en un pequeño pueblo del condado de Maine en Iowa con sus dos hijos adolescentes.

La primicia de la historia ocurre cuando Francesca queda sola en su casa, debido a que su familia viaja para participar en la feria del condado, y en esa circunstancia y sin esperarlo conoce a un fotógrafo que trabaja para la revista del National Geographic, Robert Kincaid… con quién, y por tan sólo cuatro días, brotará un amor muy diferente al que en toda su vida los dos han experimentado.

Lo que más me gusta de esta historia es el hecho de que los protagonistas de la misma no son jóvenes, no son adolescentes buscando el amor, sino dos personajes maduros, casados, solteros, con hijos o sin ellos, con una vida ya hecha, historias de romance ya florecidos y sentimientos ya olvidados. Una historia de amor que está limitada por el peso del tiempo, que sabemos desde el principio que es imposible de cambiar, aunque deseemos que ello sea diferente. Una historia que está cargada de escenas románticas sin caer en escenas demasiado empalagosas sino en su medida adecuada, potenciadas de forma extraordinaria en la pantalla grande, que muestra de manera acertada lo que significa realmente el sentimiento más noble como es el amar y desear a otra persona.

Para muchos puede parecer una historia predecible dentro de las historias de amor que existen hoy en día, para otros el ritmo puede ser eterno debido a la lentitud que se genera al querer contar una historia repleta de detalles cotidianos que vienen a establecer la base del romance. Para otros puede representar lo que realmente intentó plasmar el autor: Una historia de amor desbordante, una historia que atrapa a los protagonistas con ese sentimiento imposible de evadir, una historia que trata de proyectar en el lector y espectador un torbellino que no puede ser modificado, por más que uno espere siempre que los finales sean diferentes, porque lo que de verdad ocurre en esta historia es el uso del sentimiento más puro como medio de salvación y auto descubrimiento. No se trata del amor sólo como erotismo, no se trata sólo del amor de familia o de pareja, sino del uso del amor como lo que es: Un sentimiento que te llena por completo, que te cambia y te hace mejor persona, el sentimiento más básico y humano que nuestros personajes pueden experimentar entre ellos, la dicha de haber vivido en tan sólo cuatro días lo que todo el mundo tarda una vida en descubrir: Gozar el amor en todas sus dimensiones.

Personalmente no me parece una historia sobre valorada, sino todo lo contrario, es de esas historias que en tan sólo 200 páginas te llena el alma y te provoca querer más, y la dicha está completa al disfrutar de la versión cinematográfica. Se trata de esas historias que no necesita escenas sobrecargadas de sexo, porque su base es diferente, el sentimiento que desea proyectar en los lectores es más profundo, por lo que el uso del erotismo es llevado de una forma más inteligente. Es de esas historias que al menos se le debería dar la oportunidad, aunque tan sólo sea por la increíble actuación de Meryl Streep, quien se roba totalmente la película al proyectar los más impresionantes sentimientos en sus ojos. (No quiero referirme en este caso a Clint Eastwood porque ocuparía todo el blog sólo para él, dado que todas las películas que hace o dirige las miro y las disfruto, puesto que es el típico hombre que no es atractivo, pero que te seduce).

Ahora, tratando de ser un poco objetiva, y buscando unas diferencias importantes en la historia si puedo decir que me gusta mucho el uso de los hijos de Francesca en la película, me agradan bastante como personajes secundarios, y siento que la historia se comprende de forma más sencilla en la versión de televisión que en la novela, puesto que los saltos que hacen de presente al pasado son más interesantes y dotan a la historia del suspenso necesario para querer saber todo lo que ocurrió en la vida de Francesca y Robert, por el contrario, en el libro sólo aparecen en el prólogo y la narracción está totalmente centrada únicamente en los dos personajes principales, extrañando de esta forma el suspenso y los giros de tiempo ocurridos en la película.

Aún así es una historia que se disfruta, que se vive de forma placentera y que me encantaría que muchos conocieran y le dieran la oportunidad, tanto por la trama, la personalidad de los personajes, la impecable narración del autor y aquellas escenas maravillosas interpretadas por unos actores que parecen que nacieron para amarse por siempre. Una historia que vale la pena compartir con todos.



Hasta la siguiente semana.

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